Nos permitimos hacer un breve extracto del Coloquio sostenido por la Mtra. Adriana Gálvez (alumna de la Escuela Superior de Filosofía) con Agustín Basave Fernández del Valle, filósofo mexicano nacido en Guadalajara, Jalisco, México (1923 – 2006). El Dr. Basave obtuvo el grado de doctor en derecho en la Universidad Complutense de Madrid, y el doctorado en filosofía en la Universidad de Yucatán. Además de filósofo, Agustín Basave destacó como notario público, diplomático, profesor, conferencista y fecundo escritor.
El texto completo del Coloquio se encuentra disponible en línea en: http://www.filosofia.mx/index.php?/perse/archivos/coloquio_conagustin_basave
A. Gálvez: ¿Qué corriente filosófica encamina realmente al hombre hacia su finalidad? ¿Hay una corriente filosófica específica?
Dr. Basave: Bueno mire, yo distingo entre la significación de la filosofía y el sentido de la filosofía, ¿qué significa la filosofía? La filosofía es una ciencia fundamental, metódica, rigurosa, teleológica también, que tiene un sentido cabal, omni-englobante, totalitario, un sentido político, yo puedo hacer filosofía situándome en el ángulo del objeto formal, puedo hacer filosofía de la coquetería como lo hizo Simmel, o puedo hacer filosofía del dolor, pero esto quiere decir que la filosofía está siempre trabajando por los principios últimos, por las primeras causas como es sabido; y no va a segundas causas que ya atiende la ciencia, ni aún, a una parcela de la realidad, la filosofía quiere ser universal, en cuanto lo universal puede ser universalisable, eso es lo que quiere hacer la filosofía teóricamente, pero en realidad el sentido de la filosofía, ¿para qué hago filosofía? Para mi es básico; yo hago filosofía no como un ejercicio intelectual, no como una simple moda de una filosofía en el golf que amenizo a mis oyentes, yo hago filosofía por una íntima necesidad de hacer claridad, de suprema claridad, no una claridad simplemente provisoria y aceptable, sino quiero realmente conocer la luz y la luz es el amor también, amor y luz, busco luz que me ilumine todo el entendimiento, toda la voluntad; busco luz no solamente por saber más, sino porque es bueno saber, y es bueno saber más todavía; pero busco también amor, comunión, yo no soy un ser que se puede realizar como una ostra, yo no soy un ser que vivió para ser insular, para pensar nomás en sí, incluso yo creo que esta propedéutica de salvación que es la filosofía es salvación no solamente personal, en un rasgo sumamente generoso dijo alguna vez a sus fieles San Agustín, “yo no quiero salvarme sólo, yo quiero salvarme con ustedes”, es un co-salvarme, salvar es un co-salvarme; ¿cómo me va a ser indiferente que mi esposa, que mis hijos, que mis amigos les pase algo malo?, no puedo dejar de alegrarme, no puedo dejar de ver con cariño, con amor todo lo que realmente es bueno en ellos; entonces realmente la filosofía también está permeada de cierta eticidad porque es autoconstrucción, ética del hombre, en cierto sentido y es también una ayuda a que los otros se construyan, a que los otros adviertan cuál es su fin y ayudarles a que lleguen a él…
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A. Gálvez: Acerca de la educación, ¿cuál cree usted que es la alternativa para solucionar los problemas de la educación y si hay filósofos preparados que fundamenten la filosofía de la educación en México?
Dr. Basave: Yo creo que una buena pedagogía requiere de base, de una buena filosofía de la educación, sin una buena filosofía de la educación pues no se va a dar los frutos dignos de la estirpe humana; el hombre nació para llegar a su perfección y la educación se encarga de ayudarle para que llegue a su perfección; su perfección en muchísimos ángulos, su perfección en múltiples perspectivas. La educación creo que tiene que hacerse siempre, también adquirir, viene una tesis personal: una educación que sea amorosa, que se entregue, una educación para el amor, es decir, si no le enseñamos al hombre a amar, pues entonces qué es su esencia, porque si viene del amor, pues el hombre es también amor acompañado, aunque un amor disminuido a veces, dañado, pero el hombre nació para eso, en la medida que se deshumanice, pues está negando también su ser amoroso, aquí viene un problema también, el problema de la libertad, no se trata simplemente de informarnos de cantidad de nuevos avances de la ciencia, se calcula que cada 15 años las verdades de la ciencias naturales se están renovando; se trata de ver qué criterios le voy a dar al alumno para que juzgue el llamado progreso de las ciencias, el llamado progreso de la humanidad, se ha hecho todo un mito en torno al progreso; progreso es hacia delante, no significa simplemente cambio, el cambio puede ser un cambio que nos lleve hacia atrás en lugar de hacia delante, el progreso es un progreso a medida que es un progreso axiológico y hay que hacer que el niño, que el joven, el adolescente; es más hasta el adulto, porque la educación no termina sino hasta la muerte, hay una educación permanente que cada vez está más vigente, no acabamos de aprender nunca, enseñamos y al enseñar estamos aprendiendo también; por otro lado, sabemos que el verdadero educador no es un simple informador, que es un verdadero forjado de caracteres, es un inductor de plenitudes, es un hombre que está buscando que realmente el alumno se enamore del conocimiento, pero que se enamore del conocimiento no por el vano orgullo de saber y presumir que sabe, sino precisamente para que cumpla su destino de hombre, de ser hombre entre los hombres.
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A. Gálvez: …¿Cuáles han sido, en su opinión, las mayores aportaciones de los filósofos en los últimos años?
Dr. Basave: Bueno yo creo que el siglo XX, ha sido un siglo muy fecundo para la filosofía, en el siglo XX tenemos realmente filósofos notables de primer rango, esté uno o no esté uno de acuerdo con ellos, no quiero decir que los siglos anteriores no tengan aportaciones y genios, por supuesto que los tienen, hay varios genios y varios países que sobresalen también en filosofía, pero pues por ejemplo Séller que vivía ebrio en ideas, pues aunque uno pueda divergirle muchas de sus tesis es un hombre que trabaja rigurosamente, que ya se ha convertido en un clásico, filósofos desconocidos aquí que yo recomendaría sus lecturas como Peter Bust; Peter Bust escribió muchos libros, es un filósofo converso, es un filósofo, dudo en llamarlo existencialista, porque no es existencialista clásico, pero se le llama existencialista cristiano, del sur de Alemania, recomiendo especialmente a los que no tengan acceso por el idioma alemán a los originales, un libro traducido al español que se llama “incertidumbre y riesgo” pues esa es la vida humana, incertidumbre y riesgo, y ahí está donde el hombre se hace hombre y donde la luz del espíritu puede realmente llevarnos a nuestro fin.
A. Gálvez: Muchas gracias Doctor, ¿considera usted que ha habido errores graves en los filósofos de los últimos años?
Dr. Basave: Si, como no. Ha habido desde la modernidad graves errores, ejemplificaré; se suele decir que Descartes es el padre de la Sociedad moderna, algunos otros discuten y dicen que es Francis Bacon; bueno, vamos a ejemplificar con Descartes. Descartes utiliza, sabemos, la duda universal, históricamente dudó de todo, no hay algo de lo que no pueda dudar si no dudo de que dudo y si dudo pienso y si pienso existo, “cogito ergo sum”, entonces parece como que es un enorme descubrimiento este entimema, “pienso luego existo” pero es un profundo error, podríamos cambiarlo y debemos cambiarlo diciendo: existo –incertidumbre vital griega- existo y luego pienso, quiero y proyecto, etc. Ahora, vamos a ver que consecuencias funestas ha tenido para el pensamiento; es medio idealista, no llega al idealismo de Kant todavía y menos al de Hegel, pero ya empieza el idealismo, porque dice Descartes: hay ideas claras e ideas distintas, ¿cómo se yo si las ideas que ahora tengo y que me parecen claras a la hora de la hora son obscuras?. Si hubiese un geniecillo maligno, habla con ese lenguaje de gentiles, de gentiles hommes, porque el anda en salones, no es un filósofo de universidad con el rigor de Kant, o de Fichte, o de Hegel, no, el anda en salones por ahí diciendo en una época que estudió en la escolástica decadente, entonces, tiene la certeza de que piensa, pero, está en su isla; pienso, pero, a lo mejor el concepto de periódico que tengo no es periódico; verdaderamente qué garantía tengo yo de que lo que pienso es verdad; puedo pensar en que voy en una barca en noche de luna, en un río precioso, que voy ahí con amable compañía pero es un sueño, ¿qué criterio tengo para distinguir el sueño de la vigilia?, no tengo nada, pero aquí viene un salto, un salto lógico: Dios. Buscando ideas, ideas, hay una que esa sí que es clara y que no puedo equivocarme; y si Dios existe me va a garantizar de que en teoría del conocimiento, entonces empieza a insinuarse el idealismo, existo yo; no se da cuenta, error tremendo, que no existe solo y que no va a derivar de su duda el mundo y el pensamiento, no se existe, -ya Ortega lo dijo antes que Heidegger- yo soy yo y mi circunstancia, si no hubiera circunstancias no sería yo, yo soy yo y mi circunstancia, yo, le agrego a Ortega, yo soy , debo ser señor de mi circunstancia, no soy un pelele de la circunstancia, pero bueno, Heidegger lo va a decir más ontológicamente, soy un ser en el mundo, ser con; bueno, eso quiero decir, que Descartes estaba completamente fuera del realismo que es lo más fácil de mostrar y demostrar, porque la actitud idealista es totalmente falsa en su punto de partida y funesta en sus conclusiones. No cabe después ya en una actitud idealista salirse bien de la cárcel del subjetivismo y en su medio-idealismo, en ese idealismo preambular que el tenía, no encuentro también una manera clara de ver la unidad del hombre, porque existo y el cuerpo pues es como la corbata, o es como una chaqueta o un pantalón, no tengo; es que no lo soy, pues en Descartes no, yo tengo cuerpo, pero no soy cuerpo, no se da cuenta de la unidad y va a una cosa que es realmente casi risible, inventa una dizque glándula pineal en el cerebro y entonces cuando yo tengo sed, pues esa sed fisiológica se comunica, tiene sed, entonces en mi mente tengo sed, me encamino y le digo vete pues, pies al comedor. Hay una que llama lebrach; después se fue por ese lado con el ocasionalismo, ahí están los errores, como de Descartes para allá siguiendo por ejemplo la filosofía de Descartes, Malebranche se fue por la educación del error y hay una cantidad enorme de ellos; todavía Kant pues es un genio, desde luego tampoco llega al noúmeno, como recibo del realismo, pero es un genio riguroso que dentro de lo suyo da forma en su crítica a la razón pura, es un monumento, de logicidad, de construcción, tiene una capacidad enorme de especulación y de creación, además tiene otras cosas que son aceptables, como la paz perpetua, etc. Kant no es nomás la crítica a la razón pura; los errores prosiguen, la modernidad está llena de errores; hay reacciones contra la modernidad, pero luego vienen los errores de la posmodernidad, ahí ya no quisiera detenerme mucho, porque muchos de ellos son impostores intelectuales, con el construccionismo, hay un libro hecho por dos científicos sobre los impostores intelectuales; la verdad es que hay contemporáneamente, me atrevo a decirlo, una verdadera basura filosófica, si uno se pone a leerlos, es menester de cátedra…
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A. Gálvez: …Muy bien Doctor. La última pregunta, ¿qué mensaje le gustaría dejar a los estudiantes de filosofía…?
Dr. Basave: Que no desfallezcan, que permanezcan fieles a la llamada, la vida humana tiene una estructura vocacional, yo me siento llamado a tener determinado género de actividades, vocación, lo he dicho una y mil veces, no es profesión, la profesión es una parte de la vocación, solo eso, muy importante; pero, una parte de la vocación. La vocación es un proyecto plenario, de propender a la plenitud, la vocación es una pléyade de valores que orienta mi vida, entonces yo les diría a los jóvenes alumnos, que aunque su querer vaya mas que su poder, no pierdan nunca el rumbo al ideal, que vayan siempre hacia el ideal, ellos se han trazado el programa de estudiar la sabiduría y la sabiduría es más importante que la ciencia. En buena hora que haya en Sonora este foco de luz, en buena hora que tengan ya estudiantes, porque ese Instituto es el nombre de una esperanza humana, específicamente mexicana y norteña.